Tovar. Es lo que todos mis congéneres inmediatamente piensan cuando menciono ese nombre. Bajo el lema “Rigo es amor”, este cantante tamaulipeco logró pasar a la historia; sin embargo, “mi” Rigo causa polémica al tratar de definirlo bajo esa misma frase. Con sus cuatro años cumplidos, este pastor alemán es una muestra de juventud y fuerza, eso sin mencionar su pelaje negro que le confiere un aire imponente; sin embargo, la controversia no está en su tamaño o en la astuta mirada, ni siquiera en su inteligencia. No. La controversia está en su carácter.
El patio es suyo y de nadie más. A aquéllos que conoció de pequeño y que aún reconoce les “permite” entrar, pero si no te conoce… ¡aguas!, porque baja la cola y, enseñando los dientes, se te avienta ladrando hasta que te alejes, salgas de la casa, o yo le grite ¡RIGO, NO! Pero, si analizamos más su forma de actuar, es obvio que no lo hace por ser agresivo o malo, como la mayoría de quienes lo conocen suelen pensar y muchos decir. No. Estoy convencido que hay un miedo oculto que lo obliga a actuar de esa manera. De cachorro estuvo en una jaula de veterinaria, y parece que alguna mala experiencia tuvo ahí que le hace temer a cualquier persona o animal que se le acerque con demasiada confianza. Aún así, cuando la persona que se le acerca es alguien que conoció de cachorro y que recuerda, inmediatamente mueve la cola, corre buscando frenéticamente su adorada pelota roja y se la lleva para jugar.
En mi caso, incluso gime o ladra para llamar mi atención e invitarme a jugar con su pelota (en realidad el juego consiste en que él tiene la pelota y evita a toda costa que yo la tome). También se recarga sobre mis rodillas para incitarme a acariciarlo. Por estas muestras de cariño –y otras no expresadas aquí–, aunque discrepe con varios, sigo pensando que Rigo efectivamente es “amor”.
El patio es suyo y de nadie más. A aquéllos que conoció de pequeño y que aún reconoce les “permite” entrar, pero si no te conoce… ¡aguas!, porque baja la cola y, enseñando los dientes, se te avienta ladrando hasta que te alejes, salgas de la casa, o yo le grite ¡RIGO, NO! Pero, si analizamos más su forma de actuar, es obvio que no lo hace por ser agresivo o malo, como la mayoría de quienes lo conocen suelen pensar y muchos decir. No. Estoy convencido que hay un miedo oculto que lo obliga a actuar de esa manera. De cachorro estuvo en una jaula de veterinaria, y parece que alguna mala experiencia tuvo ahí que le hace temer a cualquier persona o animal que se le acerque con demasiada confianza. Aún así, cuando la persona que se le acerca es alguien que conoció de cachorro y que recuerda, inmediatamente mueve la cola, corre buscando frenéticamente su adorada pelota roja y se la lleva para jugar.
En mi caso, incluso gime o ladra para llamar mi atención e invitarme a jugar con su pelota (en realidad el juego consiste en que él tiene la pelota y evita a toda costa que yo la tome). También se recarga sobre mis rodillas para incitarme a acariciarlo. Por estas muestras de cariño –y otras no expresadas aquí–, aunque discrepe con varios, sigo pensando que Rigo efectivamente es “amor”.
Peritos
Este es un ejercicio de creación de personaje. Al inicio quería lograr una crónica o cuento, pero luego el texto fue tomando forma propia hasta que se convirtió en un retrato. El retrato es un texto en prosa que contiene principalmente una descripción.
2 comentarios:
Bien logrado el retrato. Inicias con una descripción física, que es fundamental en un retrato, para luego terminar con el animalito actuando.
El inicio es apropiado, ya que el título efectivamente te recuerda a Rigo Tovar; y el texto nos hace querer al perrito (para aquellos que nos gustan los perros).
Muy lindo! Deberían mandar los cuentos a www.cuentosymas.com.ar
Allí publican relatos breves
Besos!
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